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¿Tu intestino está pidiendo ayuda?

¿Tu intestino está pidiendo ayuda?

¿Hinchazón, antojos, piel reactiva o cansancio constante? Tu intestino podría estar pidiendo ayuda. En este artículo te cuento cómo empezar a recuperar el equilibrio digestivo.

Hinchazón, ganas de dormir después de comer, antojos constantes de dulces, gases constantes, piel que reacciona “sin razón”, te enfermas con frecuencia, tránsito irregular (diarrea/constipación)… ¿te suena familiar?

Estas señales son más comunes de lo que creemos, y muchas veces las normalizamos. Pero en realidad, el cuerpo nos está hablando. Y casi siempre, el mensaje empieza en el intestino.

La buena noticia: podés hacer mucho para recuperar el equilibrio digestivo. Acá te comparto algunas claves simples pero poderosas para empezar ese camino.

1. Alimentación real, variada y basada en plantas

La base de una buena digestión empieza por lo que comemos. Apostar por alimentos reales (no ultraprocesados), incorporar variedad de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, semillas y frutos secos es esencial para nutrir tu microbiota intestinal.

Una microbiota bien alimentada ayuda a regular la inflamación, mejorar el tránsito, reducir los antojos y potenciar tu energía.

2. Ir a la raíz del problema

¿SIBO? ¿Disbiosis? ¿Baja acidez estomacal? ¿Estrés crónico? ¿Uso prolongado de antibióticos? Los síntomas digestivos muchas veces tienen una causa más profunda que no se resuelve solo “comiendo mejor”.

Conocer el origen de tu desequilibrio es el primer paso para sanarlo de forma duradera. Tip práctico: empezá a registrar tus síntomas digestivos diarios (hinchazón, tránsito, antojos, energía, etc.) junto con lo que comés, tu nivel de estrés y cómo dormiste. Esto te va a ayudar a detectar patrones y posibles disparadores que pueden estar detrás del desequilibrio. Es el primer paso para entender si hay algo más profundo (como SIBO, disbiosis, parásitos o estrés crónico) que necesita atención.

3. Optimizar tu digestión desde el principio

No todo pasa en el intestino grueso. Una digestión eficiente empieza mucho antes: en tu boca y estómago.Por eso, la acidez gástrica es clave para digerir bien los alimentos, absorber nutrientes y evitar que la comida fermente en tu sistema digestivo.

Masticar bien, comer con calma y cuidar tu salud gástrica son gestos simples que hacen una gran diferencia.

4. Reponer y diversificar tu microbiota

Cada día, lo que comemos puede sumar o restar diversidad a nuestra flora intestinal. Alimentos fermentados, fibra prebiótica (avena, espárragos, legumbres, etc) , variedad vegetal y algunos nutrientes clave (como polifenoles y vitamina D) son fundamentales para nutrir, equilibrar y diversificar tu microbiota.

5. Hábitos que suman: estrés, movimiento y fitoterapia

Tus bacterias también sienten tus emociones. Por eso, modular el estrés, moverte cada día, dormir bien y usar plantas digestivas o carminativas (como manzanilla, jengibre, anís, menta o boldo) pueden ayudarte a desinflamar, aliviar síntomas y mejorar la digestión de forma natural.

¿Querés ir un paso más allá?

Si sentís que estas señales te resuenan y querés un enfoque claro, accesible y basado en evidencia para recuperar tu salud digestiva, te invito a conocer mi programa: La salud comienza en el intestino.

Un recorrido de menos de 4 semanas donde vas a:

  • Aprender a elegir los alimentos que nutren a tu microbiota 

  • Mejorar tu digestión con herramientas prácticas 

  • Regular tu tránsito intestina, bajar tu inflamación, reforzar tu sistema inmune, mejorar tu piel. 

  • Incluir fitoterapia, aprender a fermentar, guías prácticas y mucho más

Conocé el programa completo acá 

Tu salud digestiva es el punto de partida. Tu cuerpo te lo está pidiendo. ¿Lo escuchás?

Por Julieta Brignole 
Lic en Nutrición especializada en salud digestiva & alimentación basada en plantas

¿Hinchazón, antojos, piel reactiva o cansancio constante? Tu intestino podría estar pidiendo ayuda. En este artículo te cuento cómo empezar a recuperar el equilibrio digestivo.

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